El Barça, en llamas: a la crisis en Liga y social se une la amenaza de un concurso de acreedores inminente

Leo Messi, durante un partido
Leo Messi, durante el partido con el Alavés
AFP7 vía Europa Press
Leo Messi, durante un partido

El FC Barcelona sólo encuentra consuelo, de momento, en la Champions League, porque en lo demás le está saliendo todo mal. El empate ante el Alavés fue el cuarto encuentro en LaLiga sin ganar, donde han sumado sólo 2 puntos de los últimos 12 posibles. Con el Real Madrid a 8 y un partido menos, ya empieza el 'run-run' sobre el proyecto de Koeman.

La situación no es mucho mejor en los despachos. La dimisión de Josep María Bartomeu ha abierto un proceso electoral que tendrá que decidir más pronto que tarde la gestora que han puesto en manos de Carles Tusquets, empresario y financiero que ya ha empezado con la purga de quienes consideran que pueden ser los culpables de la situación actual.

Bajo estas dos tormentas, una deportiva y otra social, sobrevuela una que puede ser mucho más grave a corto plazo: la económica. El FC Barcelona se encuentra en un momento de reestructuración financiera que ha obligado a emprender una negociación entre los futbolistas de la primera plantilla (que se llevan el mayor montante de sus presupuestos) y los directivos para una bajada de sueldos de casi un 30% del total. 

La reducción de ingresos derivada de la pandemia ha provocado un ultimatum que, según RAC1, tiene fecha límite: o se consigue una rebaja salarial de 190 millones antes del 5 de noviembre, o habrá un concurso de acreedores. Las arcas culés no están ni mucho menos en una buena situación, y muchos apuntan a que el modelo de explotación tiene buena parte de culpa. 

Lo admitía el propio Tusquets en su primera comparecencia como presidente interino del Barça: "Nuestra principal preocupación es económica. La pandemia está afectando especialmente al Barcelona. El club depende del turismo y ahora no hay. Tenemos que recoger las ideas de la anterior junta para remediar los males que nos afectan".

Los grandes clubes siempre se mueven en mareas pantanosas en lo económico, pero mientras los éxitos deportivos lleguen, a nadie le suele preocupar. El problema es que, ahora, la pelota no entra todas las veces que debería (el dato ante el Alavés es demoledor: 22 disparos a puerta para un gol) y los puntos se pierden.

Y todo esto, con un horizonte en el que se contempla como una posibilidad más que real de que Leo Messi, bandera y estandarte del equipo, abandone el club el próximo verano...

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